Las revistas científicas mexicanas se encuentran en un proceso de reajustes y cambios. Las políticas editoriales a nivel nacional e internacional imponen nuevos retos a las publicaciones, a sus editores y a los autores. La era digital impone una nueva forma de divulgar las investigaciones científicas. Una revista digital permite que los avances científicos que aportan los investigadores trasciendan más allá de su institución, ciudad o país. Intersticios Sociales se encuentra en esa transición. Las autoridades de El Colegio de Jalisco y el personal de la revista trabajamos juntos para sacar avante este proyecto editorial nacido en 2011. A la fecha, Intersticios Sociales cuenta con 13 números, más el que hoy presentamos, en los que han participado investigadores nacionales y extranjeros, autores y dictaminadores, sin olvidar a los miembros que forman parte de los comités de la revista.
En el número 14, que hoy nos ocupa, diez académicos presentan el resultado de sus investigaciones. Julia de Diego, desde Argentina, en su artículo titulado “El periódico como institución política. Claves teóricas para comprender las luchas simbólicas del discurso informativo en los grandes diarios de América Latina”, indaga la manera en que los periódicos masivos y comerciales se han consolidado como actores que influyen en los debates nacionales. La perspectiva teórica interdisciplinar que plantea la autora le permite analizar la forma en que las problemáticas regionales son atravesadas por la conflictividad política, las dinámicas mediáticas y la producción social de discursos sobre la actualidad.
Por su parte, Arlet Rodríguez, en “Pertenencia y resistencia. Trasluces entre ética y estética de la noble y colectiva subjetividad”, cuestiona qué es lo que pasa en el sujeto cuando atraviesa significativos procesos sociales. Tratando de dar respuesta a ello, la autora propone repensar el vínculo ético en la condición estética musical y las posibilidades que ello podría representar en la construcción social. Para la autora, la resistencia y la pertenencia son concebidas como metáforas del puente ético-estético y el relieve político reflejados en la expresión artística.
Desde una mirada epistemológica, Oscar Gabriel Benítez González en “Aproximaciones epistemológicas a la complejidad en la investigación urbana”, contribuye a la formulación de una visión alterna de las investigaciones urbanas, cuyo objetivo es rescatar los atributos de complejidad que definen a la ciudad en cuanto objeto de estudio. El autor analiza lo que considera son los desafíos metodológicos más importantes para el investigador de lo urbano, tales como: la naturaleza multidimensional de su objeto de estudio, el movimiento y las temporalidades no lineales, la causalidad sistémica, la heterogeneidad estructural y funcional de las entidades estudiadas.
“Diseño de una política de ciencia, tecnología e innovación a partir de métodos cualitativos” es el título del trabajo que presentan José Alberto Solís Navarrete y Saray Bucio Mendoza. En su artículo exponen la necesidad de generar instituciones que fomenten la cooperación que facilite el diseño de políticas públicas adecuadas. El objetivo de su trabajo es construir y proponer un diseño para la elaboración de políticas de ciencia, tecnología e innovación a partir de la investigación cualitativa.
Hervin Fernández Aceves, con su trabajo titulado “Social Network Analysis and Narrative Structures. Measuring Communication and Influence in a Medieval Source for the Kingdom of Sicily”, inaugura la publicación de textos en inglés en nuestra revista, propone que por medio del enfoque relacional y las herramientas analíticas de redes se puede superar la brecha entre los puntos de vista cognitivos y estructurales que enfrenta la fuente histórica textual y “traducir” en ella las construcciones sociales que contiene. La elaboración de redes contribuye a explicar el significado y las implicaciones del espacio social, es decir, ir más allá de lo que la fuente dice a simple vista. Con documentos de la corte real de Sicilia, Fernández Aceves traduce la estructura textual de las fuentes a una construcción sociológica y concluye señalando cómo la narrativa es el repositorio de las relaciones sociales.
Por su parte, Ana Lidia García Peña, en “La privatización de la violencia conyugal en la Ciudad de México entre los siglos XVIII y XX: polémicas del liberalismo”, presenta un estudio sobre los cambios históricos de la violencia conyugal en México, a la que define como una práctica social perniciosa y duradera a través de los siglos. La autora propone analizar las distintas etapas en la forma de conceptualizar, normar y penalizar la violencia doméstica contra las mujeres antes de que esto fuera un asunto público. García Peña concluye que la lucha contra la violencia conyugal no ha sido un proceso de mejora continuo, pues mientras que en la etapa colonial era un asunto público y se protegía a las mujeres víctimas de esa violencia, en el siglo XIX la política liberal confinó la violencia conyugal a lo privado, lo que fue un revés en las políticas contra este tipo de maltrato a las mujeres.
Tatiana del Pilar Avila, presenta un texto llamado “Calidad de los espacios públicos de deliberación ciudadana: Candidaturas a la gobernación en Nuevo León – México 2015”. Por medio del estudio de las votaciones a la gubernatura de Nuevo León debate sobre el espacio público, entendido como el escenario del despliegue de la ciudadanía. La autora reflexiona sobre el papel que el Estado y las organizaciones civiles tienen para promocionar y garantizar un espacio público deliberativo de calidad.
Juan Manuel Ávalos González, en “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremosǃ Acciones globales por Ayotzinapa y activismo político juvenil en Guadalajara”, nos presenta un análisis del activismo político juvenil en Guadalajara, entre 2014 y 2015, motivado por las movilizaciones colectivas llevadas a cabo en la ciudad de México para exigir justicia por los estudiantes de Ayotzinapa. Por medio de la observación participante y la interacción dentro de las plataformas de Facebook y Twitter, Ávalos González encontró que el uso de estas tecnologías potencializaron y lograron mantener la solidaridad y visibilidad de las acciones colectivas de los jóvenes de Jalisco por Ayotzinapa a lo largo de ocho meses.
Desde una perspectiva histórica, David Moreno Gaona, en su investigación titulada “Significados, usos y funciones de la música clásica en Guadalajara, 1947-1960. Un análisis a partir de la Historia Social de la Música”, nos muestra un estudio socio-histórico de la música clásica en Guadalajara durante el régimen de Jesús González Gallo (1947-1953). Partiendo de los planteamientos de la historia social de la música, el autor problematiza cómo la élite de poder tapatía impulsó la música clásica con miras a “elevar” la cultura de la sociedad tapatía.
Estrellita Fernández García, en “Textos introductorios a la arquitectura regionalista tapatía”, analiza las obras de tres profesores de la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara para demostrar cómo estos autores se adelantaron a las propuestas de la arquitectura moderna con características regionalistas, que posteriormente fue llamada “Escuela Tapatía de Arquitectura”.
En el apartado de reseñas, Adriana Sandoval Moreno ofrece una reseña crítica sobre la obra de Eduardo Santiago Nabor, Cada casa es una fábrica. Grupos domésticos, producción agropecuaria y proyectos del Estado en un ejido del oriente michoacano (Michoacán: Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán, 2015), que es un estudio sobre un poblado rural, al oriente de Michoacán, llamado Campo Hermoso, en el municipio de Maravatío. La obra estudia los complejos procesos de cambio que vivieron algunas localidades rurales a partir del periodo posrevolucionario. Sandoval Moreno apunta que el libro de Santiago Nabor aporta importantes elementos para continuar la reflexión sobre dos de los conceptos claves en los estudios de comunidades rurales: campesino y familia campesina.
Para finalizar, Olimpia Niglio reseña la obra Patrimonio Cultural: intertextos y paralelismos, coordinada por Estrellita García Fernández y Agustín Vaca. En ese libro los autores reflexionan sobre el patrimonio cultural, partiendo desde la intertextualidad, es decir, analizan los significados que las distintas civilizaciones han atribuido al concepto de patrimonio cultural. Niglio señala que desde distintos ejes disciplinarios los autores logran dialogar y concluir que el patrimonio cultural es un “sistema abierto”, el cual se va modificando y plasmándose en relación con la sociedad en distintas épocas.
Como podrá notarse, a partir de este número Intersticios Sociales presenta algunas mejoras visuales que no tienen otra finalidad que abonar en provecho de su calidad académica, compromiso institucional adquirido en busca de satisfacer los más altos estándares internacionales que exige este tipo de órganos de difusión científica.
Francisco Javier Velázquez Fernández
Director/Editor Intersticios Sociales
Zapopan, Jalisco, septiembre de 2017